lunes, 24 de junio de 2013

DISCREPANCIA DEL TORRENTE

NEGRO


Negritud víctima, eslabones de hierro,
hambre, un continente saqueado;
excesivos carbones volviéndose diamantes,
descomunales huesos vueltos petróleo.

Africa pastel en negro repartido:
filos, azotes, cañones, podredumbre.
Negro negocio bajo la mesa
del oscuro político, parálisis y horror
de contraponer lo negro a lo negro.

Punto, línea y traje entero, negro
designio del sistema de la locura,
graffiti de peso su publicidad
que si cierras los ojos, la seguirás viendo en negro
en que te las ves negras
para ser feliz siguiendo su señal de tarántula.

Asia, América y Oceanía
desatinadas con África en sus entrañas
como para que la iniquidad no olisquee
el pellejo de la obsolescencia y lo arranque.

Negros el buitre y el cuervo que te sacan los ojos
en el oscuro páramo del desarrollo termonuclear
de una democracia bajo crespones de luto.

Negro de partitura y Jazz en el movimiento del mar petroleado,
potro azabache enloquecido, espoleado,
sofrenado por jinetes de cabeza en el corazón de lo yermo.

Oscuridad
y el pincel de Goya sangrante de negro,
caverna y murciélago
en los santuarios abandonados
de la orfandad civilizadora cataclísmica pordiosera.

Humanitarismo en la humareda
del nuevo orden mundial in Vitro
negro de la ONU y Washington,
agujeros negros de vértigos por inconsciencia.

Saltan los dados del cubilete y ruedan
en manos de chacales de ciudades casino noctámbulas
luminosas que enceguecen al extremo.

Negro en la ventana como una caja negra cuando la luna
no abre su ojo de cocodrilo en el pantano de la noche,
pizarrón vacío,
 libro muerto,
tinta que se pudre,
best seller del mercado negro
de los tratantes de la guerra y el lucro
de los órganos y las fuerzas del tráfico de blancas
en los protocoles que rigen este mundo blanco de lo negro
en frac de pingüinos
en rebaja,
por la paranoia de un eterno viernes negro
de incesante vejamen al desnudo y al hambriento,
negro;
adrede.

Tanto,
que las hormigas y el ónix
se avergüenzan.


Candelario Reyes García

2012. 

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